Mentarla es atraer el mal fario. Y en la función 24 de "Antígona.Garzón" no podía evitarse su aparición. Husmeando entre los despojos, flirteando con los pliegues del tejido que recubre el cuerpo de Polinice, ahí aparece nuestra mascota. Animal sagrado donde los haya, acompañante del hombre [y de la mujer] en su desdichada historia, resistente a todo tipo de tragedias humanas, ella también ha querido sumarse a la reinterpretación del clásico. Y ha dispuesto de sus segundos de gloria, a la manera de Warhol, hasta que un manotazo de Creón la ha devuelto a la cruda realidad.
Estamos en unos bajos y es verano. Tú misma...
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